"Análisis": Bioshock



Si hace unas semanas clamaba ser el primero en analizar Avencast, a día de hoy debo ser el último en comentar mis impresiones sobre Bioshock. Pero oye, lo he terminado hace poco y en casos como éste más vale tarde que nunca. Sé que a estas alturas no os contaré nada que no sepáis, así que me voy a limitar a exponer qué cosas me han gustado más y qué cosas me han gustado menos. Porque amigos, todos los juegos tienen defectos y Bioshock, también.

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Cosas bonitas
- La ambientación, soberbia. De lo mejor que he visto nunca en un monitor, simplemente alucinante. Estoy tentado a poner ejemplos, pero si digo algunas de las cosas que más me han gustado en este aspecto podría no parar en todo el "análisis".
- La historia, genial y absorbente. Te atrapa desde el principio y no es sólo que no te suelte hasta el final, es que además te agita y te retuerce durante el transcurso.
- Rapture, una ciudad mágica… y sumergida en mitad del océano. Toda la ciudad en si misma es un punto a favor del juego. Digo lo mismo que en el apartado de ambientación, la ciudad tiene tantos detalles que detenerse en alguno es hacerle un feo a otros.
- Los plásmidos, geniales. Si bien el que más juego da es el de la “telequinesis”, que es una copia bastante obvia de la pistola gravitacional de Half Life 2.

Cosas feas
- El poder de las armas es de risa. A poco que el juego avanza es necesario vaciar el cargador entero (de metralleta) en los enemigos para tumbarlos. Llegas a sentir que tu “thompson”, que además está modificada para hacer más daño, lanza garbanzos cocidos.
- Los plásmidos, si bien molan mucho, la mayoría de ellos sirven de bastante poco. Útiles de verdad sólo son el del rayo, el del fuego y el de telequinésis. El resto, que son muchos, resultan bastante… prescindibles.
- Muchos enemigos aparecen de la nada, lo que desemboca en una sensación de “respawning” muy molesta. Además, sólo hay nueve modelos de splicers diferentes y todos son muy parecidos. No hubiese estado mal un poco más de variedad.
- Al final da la sensación de que el juego estira la acción más de lo que debería. Ya sé que no tiene multiplayer y había que intentar hacer una campaña relativamente larga, pero partes como la del “artista loco”, en mi opinión, sobran.

Conclusión
Bioshock tiene algo especial. Algo que lo hace diferente del resto de juegos en primera persona. Posiblemente sea la ambientación y la historia tan elaboradas que tiene, factores ambos poco cuidados en el género de los FPS, ¿quién sabe? El caso es que Bioshock destila algo mágico y a mi me ha encantado.

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